Un juez libera de sus deudas bancarias a un matrimonio de Sevilla arruinado por la crisis.
La vida de José y su familia se complicó cuando este perdió su empleo como comercial en la industria farmacéutica. Hasta el momento, las comisiones que ganaba con este trabajo les ayudaban a hacer frente a una hipoteca que, tras una ampliación, ascendía a 1.000 euros al mes y a los gastos del día a día. «Íbamos tirando», apunta el hombre, que prefiere no dar su apellido. Al poco tiempo, José volvió a encontrar un trabajo como visitador médico, pero peor remunerado y los números no salían. El matrimonio, con tres hijos, decidió vender la casa e irse de alquiler. Sin la mochila de una hipoteca, todo sería más fácil. Pero no fue así y las deudas no dejaron de crecer. Ahora, el Juzgado de Primera Instancia 5 de Dos Hermanas (Sevilla) les ha liberado de sus deudas bancarias al concederles el llamado “beneficio de exoneración de pasivos” recogido en la Ley de Segunda Oportunidad, aprobada en junio de 2015.
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«Piensas que los ingresos mejorarán, esperas que mejoren, pero no es así, entonces tiras de tarjeta, de refinanciación y, al final, se forma la bola, una bola que se hace imposible», reconoce el padre de estos niños de 17, 10 y siete años.
Durante este tiempo, el matrimonio llegó a acumular una deuda de 90.000 euros en pequeños préstamos y tarjetas, tal y como explica su abogado, Carlos Fidalgo. «Poco a poco se les fueron cerrando todas las vías de acceso al crédito, y solo la ayuda de familiares y amigos les permitía cubrir necesidades básicas. Llegó un momento en que los pagos que mensualmente tenían que afrontar para devolver préstamos y pagar tarjetas absorbían a primeros de mes casi toda la nómina», apunta el letrado de Moreana Abogados, quien asesoró a la familia para que iniciaran un expediente de liberación de deudas recogido en dicha normativa. «José llegó desesperado al despacho y qué casualidad que tres meses antes había sido aprobada la ley», recuerda el letrado.
La Ley de Segunda Oportunidad permite exonerar a particulares y pequeños autónomos del pago de deuda a acreedores privados como los bancos (no incluye las deudas con Hacienda y la Seguridad Social) siempre que se demuestre que se actuó «de buena fe» y que se intentó alcanzar un acuerdo extrajudicial con los acreedores privados. Así ocurrió en el caso de esta familia. Según el auto, fechado el pasado diciembre, el matrimonio ha actuado en todo momento «de buena fe» e intentó sin éxito llegar a un acuerdo con las entidades bancarias y financieras. «Ni se presentaron, no mostraron ningún interés, la comunicación fue cero», afirma este vecino de Dos Hermanas, quien ha comenzado a trabajar en otra empresa del sector farmacéutico.
La normativa, que ya se venía aplicando a otros países de Europa, entró en vigor el 28 de julio de 2015. «Los expedientes de segunda oportunidad son muy poco conocidos, no solo por la población en general sino incluso por abogados y jueces”, asegura el letrado. «Todo esto nos sirve de concienciación para evitar los errores que hemos podido cometer, el sobreendeudamiento te lleva una locura de vida», afirma José, quien se muestra esperanzado por poder comenzar «una vida desde cero».